Procesos de duelo
La pérdida de seres queridos implica siempre un dolor y una tristeza inevitable. Cuando esta tristeza se prolonga e implica un desequilibrio emocional que trastorna nuestra vida cotidiana, se aconseja aliviar y reconducir las emociones dolorosas.
Para elaborar un buen proceso de duelo muchas veces se requiere de la ayuda de un profesional que reconozca y ayude a superar las etapas necesarias que se van sucediendo tras la muerte de un ser querido.
¿En qué consiste el tratamiento?
Guía y acompañamiento en las diferentes fases del duelo, que muchas veces se dan de forma desordenada y mezclándose unas con las otras. El objetivo es aliviar y manejar las emociones dolorosas que surgen tras una muerte significativa.
Fases:
- Negación:la persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que el fallecido va a aparecer en cualquier momento. Existe cierta sensación de irrealidad. En esta etapa pueden aparecer síntomas de ansiedad como mareos, hiperventilación o insomnio incluso ataques de pánico.
- Culpa:la persona puede sentirse culpable por la muerte del otro o sufrir por no haber hecho lo suficiente. Aparecen sentimientos constantes de: “ Y si…”
- Desesperanza:en esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío.
- Rabia:Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales. Es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos para que no surja la culpa patológica.
- Aceptación:cuando aceptamos la muerte es cuando podemos empezar a rehacer la vida. Cuando aceptamos que la otra persona ya no está, no significa que ya no nos duela o no la echemos de menos.
