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Procesos de duelo


La pérdida de seres queridos implica siempre un dolor y una tristeza inevitable. Cuando esta tristeza se prolonga e implica un desequilibrio emocional que trastorna nuestra vida cotidiana, se aconseja aliviar y reconducir las emociones dolorosas.

Para elaborar un buen proceso de duelo muchas veces se requiere de la ayuda de un profesional que reconozca y ayude a superar las etapas necesarias que se van sucediendo tras la muerte de un ser querido.

¿En qué consiste el tratamiento?

Guía y acompañamiento en las diferentes fases del duelo, que muchas veces se dan de forma desordenada y mezclándose unas con las otras. El objetivo es aliviar y manejar las emociones dolorosas que surgen tras una muerte significativa.

Fases:

  1. Negación:la persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que el fallecido va a  aparecer en cualquier momento. Existe cierta sensación de irrealidad. En esta etapa pueden aparecer síntomas de ansiedad como mareos, hiperventilación o insomnio incluso ataques de pánico.
  1. Culpa:la persona puede sentirse culpable por la muerte del otro o sufrir por no haber hecho lo suficiente. Aparecen sentimientos constantes de: “ Y si…”
  1. Desesperanza:en esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío.
  1. Rabia:Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales. Es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos para que no surja la culpa patológica.
  1. Aceptación:cuando aceptamos la muerte es cuando podemos empezar a rehacer la vida. Cuando aceptamos que la otra persona ya no está, no significa que ya no nos duela o no la echemos de menos.

 

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