La DEPRESIÓN es un trastorno que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, baja autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de fatiga, dificultad de concentración y en la toma de decisiones, y pensamientos de muerte o suicidio.

La depresión no es simplemente un estado de tristeza o decaimiento; afecta a la manera de pensar, sentir y actuar en un porcentaje significativo de la población, siendo más frecuente en mujeres.  Puede llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificulta sensiblemente el desempeño o la capacidad para afrontar la vida diaria.

¿En qué consiste el tratamiento?

Antes de iniciar el tratamiento, procedemos a una evaluación clínica para determinar el síndrome y distinguirlo de posibles trastornos asociados, dado que existen otras enfermedades médicas que pueden producir la misma sintomatología.

El tratamiento se adapta a la especificidad de cada caso; puede consistir en tratamiento psicofarmacológico, en terapia psicológica individual, o en una combinación de ambos y en terapia grupal.

El objetivo consiste en eliminar los síntomas depresivos hasta lograr recuperar el bienestar en la vida cotidiana de la persona.

El trabajo terapéutico combina técnicas conductuales y cognitivas; se pretende la mejora del estado de ánimo y la mejora de la actividad que puede desarrollar la persona; incluye el abordaje y el tratamiento de las alteraciones del sueño y de la alimentación derivadas de la depresión.

El TRASTORNO BIPOLAR se caracteriza por la incapacidad para conseguir un equilibrio en el estado del ánimo.

Se alternan cíclicamente fases depresivas con fases maníacas, entre las cuales se pueden dar periodos de normalidad.

En las fases maniacas la persona presenta una elevada distraibilidad, disminución de la necesidad de sueño, necesidad de hablar, sentimientos de felicidad exagerados, aumento de la actividad, disminución de la capacidad de discernimiento, conductas imprudentes con pérdida del autocontrol que pueden incluir el consumo de sustancias tóxicas, comportamientos sexuales inadecuados, ideas de grandeza , ideas de características psicóticas.

Este trastorno exige tratamiento psicofarmacológico y terapia psicológica a fin de conseguir la eutimia (condición normal del estado de ánimo, que implica la ausencia de euforia o de estado de ánimo depresivo), y para la prevención de las recaídas.

La  DISTIMIA es un trastorno en el que el paciente presenta síntomas cronificados de una  depresión mayor, siendo estos de  menor intensidad  y menos incapacitantes.

Los objetivos del tratamiento son los de modificar el estado depresivo, controlando los pensamientos, los actos y las emociones a través de la terapia.